Capitulo 8

El primer encuentro Laliter!! Ojala les guste! Comenten lindo ♥ Cualquier cosa → @mimundoeslali

Lo unico que me quedaba era el recuerdo, asi que cerraba los ojos y rememoraba el momento en que nuestras miradas se cruzaron. Aquel momento en que mi corazón se desboco al pasar por su lado.

CAPITULO 8

Lo que menos me apetecia al despertarme, era precisamente prepararme para dar los examenes, pero por desgracia, para los Esposito, aquello era la prioridad. Aun asi, yo me negaba a concentrarme en mis estudios, asi que invertia mi tiempo en realizar cosas que consideraba mas utiles en mi situacion.

Por suerte para mi, Mariano se mostraba muy comprensible conmigo.

Las paredes de la habitacion habian dejado de ser acojedoras, y pasaron a ser mas bien una prision en la que se contenia mi reciente infelicidad. Era incapaz de sentirme en casa. Yo seguia sintiendome una intrusa y tenia la certeza de que continuaria siendolo hasta que descubriese quien era en realidad.

Habia decidido no compartir con los Esposito las emociones que me embargaban, porque no crei que fueran capaces de entender lo que sentia. Rocio era la que mas se interesaba en que yo me sintiera a gusto con ellos, asi que contarle a ella sobre mi infelicidad, no me parecia una buena idea.

La biblioteca era lo unico que me quedaba, asi que decidi continuar llendo alli y esperar a ver que era lo que me deparaba la vida. Ademas, Mariano habia empezado a mandarme libros para que leyera y aunque no queria estudiar, descubri que eso me ayudaba a pasar las horas. Pero en ese momento, rodeada de gente y de enormes estanterias llenas de libros, la ansiedad, el malestar y la soledad se intensificaron. No habia podido dormir en toda la noche debido al dolor que se apoderaba de mi cuerpo. Me ardian los ojos de forma abrazadora, pero no habia sido capaz de derramar ni una sola lagrima.

Cerre de golpe el libro que estaba leyendo, acosada por una extraña fuerza. El aire entraba a mis pulmones, pero no me aliviaba, continuaba ahogandome, presa del panico. No tuve tiempo de pensar, me levante de alli y comence a caminar. Necesitaba salir de ahi cuanto antes. Abri la puerta que daba hacia el aparcamiento y me aleje cuanto pude de aquel enorme edificio. Me doble por la cintura e intente respirar. Tome aire pausadamente, pero no sirvio de nada, cada vez me sentia peor. Era absurdo que yo pudiera adaptarme a todo aquello. Estaba encerrada en un cuerpo que no conocia, rodeada de extraños y sin un solo recuerdo. Vomitaba todo aquello que comia o bebia y sufria repentinos latigazos de dolor por todo el cuerpo. Dormir se me hacia casi imposible. Necesitaba acabar con todo aquello ya. No tenia la culpa de lo que me habia ocurrido y no me sentia con la fuerza suficiente para afrontarlo.

Levante la vista lentamente, pensando en regresar a casa, y entonces...lo vi, como si fuera la respuesta a todas mis plegarias.

Habian pasado dias desde la ultima vez que lo habia visto. Y ahora estaba aproximandose hacia a mi. Era una idea descabellada, pero en mis circunstancias, no encontraba mejor opcion. Si ese chico era lo que Rocio decia, seria capaz de poner fin a todo.

Mire a mi alrededor, era el momento perfecto, la gente se agolpaba dentro de la biblioteca, dejando al aparcamiento totalmente aislado. Me pegue contra una furgoneta para esperar el momento justo para enfrentarlo. Me concedi un par de segundos para aclarar la mente y preguntarme a mi misma si era lo que realmente deseaba. Una vez tomada la decision, ya no habria vuelta atras. Abandonar por fin esa extraña forma de vida. Nadie podia garantizar que no seria doloroso, pero en ese momento tampoco podia ser exigente.

Volvi a mirarle. Segun Rocio, él era lo bastante peligroso como para acceder a aquello, de modo que no me resultaria complicado convencerlo. Por fin, lo vi pasar delante de mi, con andar tranquilo y la espalda erguida. Lo segui a pocos pasos de distancia. Sus instintos debieron de advertirle, ya que poco a poco fue aminorando la marcha. Aun asi, yo tome velocidad, sus pasos eran mas grandes y no estaba dispuesta a dejarlo marchar. De repente, él paro en seco.

-¿Que crees que estas haciendo? -dijo con una voz aterciopelada.

Se dio media vuelta despacio, de modo que quedamos cara a cara, solo a unos pasos de distancia. Me estremeci al ver sus ojos, profundos y oscuros, unos que jamas habia visto antes. Mas hermosos de lo que recordaba y mas peligrosos ahora que los veia de cerca. Yo me aclare la garganta y hable.

-Quiero que me mates -dije aun sin saber muy bien porque.

Él enarco una ceja.

-¿Perdon? -pregunto. Y en su mirada pude entrever un dejo de sorpresa.

-Se que puedes hacerlo -afirme.

-Se que lo sabes.

Esa respuesta me desconcerto, no esperaba que lo reconociera asi, sin mas. De cerca se veia aun mas aterrador, seguramente culpa de esos ojos asesinos. La forma en la que los clavaba en los mios, hacia que me estremeciera y que mis entrañas se agitaran. Sacudi la cabeza intentado aclarar mi mente para poder pensar con claridad.

-Entonces hazlo -sentencie, acercandome aun mas a él.