viernes, 7 de septiembre de 2012

Capitulo 3


Tercer capitulo ♥ Gracias por los comentarios y que bueno que les guste. En un ratito subo otro si quieren.
Si quieren que les avise cuando subo, diganme en @mimundoeslali
Disfruten! ♥ y comenten



CAPITULO 3

   Me condujo hacia una de las mesas más alejadas. Desde allí, al menos lograríamos esquivar algunas miradas. Ella saco una lista de su bolso y se dirigió a uno de los grandes estantes mientras yo le seguía el paso. El suelo crujía bajo nuestros pies y retumbaba por las paredes rompiendo con el silencio. Todo aquel lugar olía a polvo. Aquello era un laberinto, en cualquier recoveco encontrabas una nueva estantería o un camino que llevaba a otro nivel. La cantidad de libros era inmensa, tanto que algunos se encontraban en pilas inestables sobre el suelo. Seguí a Rocío con la intención de encontrar algo que llamara mi atención, pero no funciono.

   No sabía como empezar a recordar. Creía que el solo hecho de escuchar una canción o coger un libro que ya había leído, me remontaría al momento exacto en el que lleve la acción, pero no fue así. Recorrí las estanterías y me reconfortaba el hecho de recordar cada personaje y cada historia transcurrida, pero no era capaz de recodar en que momento los había leído. No creí que un ensayo ayudara en mi búsqueda, asique fui a dejarlo de nuevo en su sitio. En ese instante algo pasó por detrás de mí a toda prisa, dejando una brisa helada a su paso. Gire la cabeza para ver de que se trataba y me quede congelada. El vello de mi nuca se erizo y un escalofrió recorrió mi espalda. Contuve el aire, incapaz de respirar y de repente sentí una punzada de dolor en mi pecho. 
   Me lleve la mano hacia ahí, sintiéndome mareada. Mi corazón latió hasta tal punto que me hizo retroceder. Un único latido que bombeo un intenso dolor por todo mi cuerpo. Solo por cruzar mis ojos con los suyos. Era un chico, pero no uno cualquiera, más bien una sobra, siniestra y oscura. Me miro durante una decima de segundo y luego ladeo la cabeza, dirigiéndose a las mesas más alejadas. Mis piernas temblaban y hubiera caído al suelo de no ser por el brazo de Rocío.

-¡Lali! ¿Qué ocurre? -estaba aturdida y a la vez confundida. El reciente dolor en mi pecho me impedía respirar. Sentía un vacio- ¿Lali?

   Volví a la realidad. Rocío me miraba preocupada, sin saber muy bien que decir o que hacer.

-Estoy bien -susurre- solo he pisado mal.

-¿Estás segura? -no parecía creerme y cuanta razón tenia.
   
   Dirigí de nuevo la vista hacia donde él se encontraba y vi como se alejaba con un andar tranquilo. Había algo en ese chico que me impedía mirar otra cosa. Era alto y delgado, de pelo oscuro, al igual que sus ojos. Su piel, pálida, como si hiciera años que no había visto el sol.
Seguí andando hasta el extremo opuesto de la biblioteca, un lugar más apartado y oscuro.
   
   Algo en aquella oscuridad, logro ponerme los pelos de punta.

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