Hoy subo varios! Espero que les guste! Comenten por favor, quiero saber si les gusta ♥
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-Demasiado -respondió Pablo- he estado pensando que se refugia en los libros para no tener que soportar nuestra tediosa compañía.
-La comprendo perfectamente -dijo Mariano- su forma de vivir es diferente a la nuestra. Ahora si me disculpan, voy a refrescarme un poco. Este calor es inaguantable.
CAPITULO 6
Me volvi hacia la ventana. No estaba
nublado, pero tampoco habia un sol brillante como para provocar semejante
calor. Cuando volvi la vista hacia Mariano, él ya se habia marchado. Pablo
miraba hacia algun punto por encima de mi cabeza con los ojos cristalinos.
Parpadeo dos veces y dijo:
-Hemos dejado un pequeño aperitivo en la
cocina para ti.
Negue con la cabeza.
-No, de eso ni hablar. No pienso comer
nada, lo vomito todo -comente fijandome en él- tampoco he visto que lo hagan
ustedes.
-Tenemos horarios diferentes -alegó.
-Estoy procupada -empecé a decir mientras
él se inclinaba para poder oirme mejor- no he logrado mantener nada en el
estomago. No tengo hambre y tampoco sed. No lo entiendo, pero de repente no
siento que lo necesite -añadi bajando la mirada- al menos nada material, claro.
-Puedes hablar con confianza, Lali. Te
ayudare en todo en cuanto me sea posible.
-Gracias, pero supongo que recordar quien
soy, depende solo de mi.
-Por desgracia, si. Pero tienes que saber,
que en ocasiones, la obsesion bloquea la mente. Esto requiero de tiempo, Lali.
Y debes comprenderlo.
-¿Y si no lo consigo nunca?
-Hasta el dia mas largo llega a su fin. Lo
unico que necesitas, Lali, es paciencia. Solo eso.
-Ayudarias mucho mas si dejaras de decir
siempre lo mismo. No sabes lo frustrante que es -dije poniendo los ojos en
blanco.
Enarco una ceja y saco un pequeño maletin
de madera de debajo de la mesa y lo abrio con cuidado. Mentenia la mirada fija
en mi, mientras depositaba un tablero cuadrado frente a él.
-¿Crees que seras capaz de recordar como se
juega?
-¿Al ajedrez? -sonrei.
-Pareces sorprendida.
Abrio con suma delicadeza una cajita de
madera en forma de cofre, de la cual saco pequeñas piezas y se dispuso a
ordenarlas de manera rapida y prolija sobre el tablero.
-Con esa rapidez podrias hacer trampas y yo
no me daria cuenta.
Rio en voz alta.
-No acostumbro a engañar a una dama -me
sonrio divertido- ¿Te atreves a retarme?
Medité.
-No tengo nada mejor que hacer.
Me acerque un poco mas a la mesa mientras
él terminaba de colocar sus piezas con una precision milimetrica.
-¿Tu tambien trabajas? -pregunte mientras
él decidia su primer movimiento.
Negó con la cabeza.
-No, asisto a clases en la universidad -movio
una pieza.
-¿Que estudias? -movi otro sin pensar.
-Filosofia.
-Vaya...-sonrei.
-Resulta interesante conocer que opinaban
del mundo las generaciones pasadas.
-A mi me bastaria con saber como lo hacia
yo.
-Imagino lo que estas sufriendo.
Baje la mirada.
-Pablo, ¿Puedo hacerte una pregunta?
-Puedes preguntar todo lo que quieras.
-¿No tenia amigos?
Él arrugó el ceño, pero fue tan sutil que
apenas se le marcó la frente.
-Imagino que en el lugar en donde vivias,
si -dijo- pero no aqui.
-¿Como supiste de mi? -quise saber. Era
algo que no me habian contado.
Se tomo su tiempo antes de contestar.
-Luego del accidente -me explico al fin-
vinieron a hablarnos de la situacion en la que te encontrabas. Como te dijimos
cuando despertaste, no conociamos nada sobre tu existencia. Solo estaba a
nuestra alcance darte cobijo en nuestra familia. Y eso basto para que llegaras
aqui.
-Tal vez hubiera sido mejor quedarme alli.
Ayudaria a recordar mi pasado.
Él adivino por donde venian mis
pensamientos.
-No sabemos si tienes familia, por eso
estas con nosotros.
El hecho de no saber cuando recuperaria esa
parte tan importante de mi misma me hacia sentir impotente. No es facil
comenzar nuevamente de cero, sin saber que hacias o cuales eran tus sueños,
incluso si tenias familia o amigos. En esos dias que llevaba con los Esposito
se habia pasado por mi mente la terrible idea de acabar con todo y el problema
era que cada vez la idea me resultaba mas tentadora.
El perfecto desconocido se convirtio en mi
motivacion, lo unico que me hacia levantar de la cama para ir hacia un lugar
atestado de gente. Pero a la mañana siguiente, él no estaba alli.
A cada hora me levantaba de mi asiento y
buscaba su mirada en cada rincon del lugar, pero siempre obtenia el mismo
resultado. Poco a poco fui perdiendo la esperanza de volverlo a ver. Me sentaba
y observaba a la gente, intentando recordar algun detalle por minimo que fuera.
En una de esas mañanas, lo vi. Él ya estaba allí cuando nosotras llegamos. En cuanto lo mire, se levanto y camino en
direccion opuesta.
Sonrei para mi misma, lo sabia, era real,
de carne y hueso.
me encantaaa gracias por avisarme por twitter :)
ResponderEliminarSu única razón ir todos los días para ver al desconocido.
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