Bueno ahora si! El ultimo por hoy! Supongo que volvere recien el lunes! Gracias por leer y comenten si les va gustando o no ♥ Siempre a @mimundoeslali
En el capitulo anterior...
-Y tendría que matarte sin tu consentimiento -Rió entre dientes.
-Hablaste de una condición- recordé de pronto- cuando te ofreciste a ayudarme dijiste que me contratarías llegado el momento. ¿Cuál es?
CAPITULO 24
Evaluó unos segundos la resolución de mis palabras.
-Quiero que antes te conviertas en una auténtica cazadora – anunció con
voz grave-. No cumpliré con mi parte antes que te hayas transformado y alimentado.
-¡No pienso hacer eso!
-Son mis normas. No voy a intentar persuadirte y tú tampoco me
convencerás a mí, así que elige.
Negué con la cabeza.
-Debí de hablarle hecho caso a Rocio - musité dando media vuelta para
salir de allí.
-Fuera lo que fuese, estaba en lo cierto. Escucharla suele ser una buena
idea.
Bajé los primeros peldaños de las estrechas escaleras y él se puso de
pie.
-¿Te vas únicamente porque has escuchado algo que no te agrada?- dijo
desde el fondo de la sala-. Si estás aquí es porque buscas exactamente lo que yo puedo
ofrecerte.
Me detuve.
-¿El qué? ¿Una muerte segura?
-Respuestas. Yo no soy como los Esposito, no te diré lo que quieres oír.
Ninguno de ellos te hablará con la sinceridad con la que yo puedo hacerlo.
-¿Por qué?- le pregunté volviéndome hacia él.
-Porque ellos quieren que ames este mundo- afirmó avanzando despacio
hacia mí- y lo cierto es que en nuestro “mundo” no hay nada digno de ser amado.
Guardé silencio. Él me tendió una mano.
-Siéntate conmigo y hablaremos, si no vuelve con Rocio y finge que
superas todo este asunto.
Miré un segundo hacia la escalera, y luego hacia él.
-Alguien podría oírnos.
-Lo dudo, hace años que nadie viene por aquí arriba.
Vacilé. Él no se movió ni un centímetro mientras yo meditaba. Era lo que
quería, la verdad pura y sincera.
-Tú ya sabías que estaba muerta, ¿por qué?
Puse un pie en el escalón superior. Retiró su mano, pero su rostro se
tensó.
-No es difícil de adivinar. Lo que no sabía era que tú lo desconocías.
Acudí a su lado y me senté en el suelo. Él me imitó un instante después.
Tenía aspecto cansado.
-¿Qué quieres saber?- preguntó sin rastro de su típica sonrisa burlona.
-Todo- dije.
-Es una palabra muy grande.
-Lo sé.
-Formula una pregunta, por favor.
Estiró levemente la espalda y se desabrochó un poco la camisa. Por un
momento, mientras contemplaba ese pequeño trocito de su pecho al descubierto,
olvidé qué hacía yo allí. Agaché la cabeza, avergonzada.
-¿Y bien?- me instó.
-¿Qué soy?- pregunté mirando la punta de mis zapatillas.
-Cazadora.
-Eso ya lo sé- reconocí resoplando. Él meditó un instante.
-De los tres, son la especie más numerosa, aunque en el escalon social
se encuentran por debajo de los guardianes. Solo seguido por los humanos y los
perros.
Entorné los ojos.
-¿Y qué hay de ti?- quise saber.
-¿Qué crees que soy?- Me miró con atención.
-Tu corazón late, eso lo tengo claro.- Me mordí el labio-, así que no
eres como yo, ni como los Esposito.
-¿Eso es bueno o malo?
-Si puedes matarme debes de ser un guardián- aventuré.
-¿Qué te hace pensar que un gran predador no podría?
-Que se alimentan de humanos- contesté encogiéndome de hombros. Alzó una
ceja de forma divertida.
-¿Y eso significa que no matan?- Acercó su cabeza a mí- Respóndeme a una
pregunta: ¿quiénes son los grandes depredadores de la cadena alimenticia animal?
-Los humanos- respondí sin pensar.
-¿Y ellos no cazan por diversión?
-Sí- musité, algo aturdida.
-Entonces, dime, ¿de verdad crees que un gran predador no lo haría?
Seguimos mirándonos fijamente, sin parpadear.
-¿Eres uno de ellos?- susurre con un hilo de voz.
Él volvió a echar la espalda hacia atrás, apoyándose contra la
estantería.
-Lo soy. Si quieres correr como hacen todos, este es tu momento- agregó
con voz aburrida.
-Sabes que no voy a hacerlo.
-Sí, supongo que lo sé- contestó soltando una risita.
-Rocio dice que a ustedes les gusta hacernos daño.
-¿Eso te ha dicho?- Rió-. Todos tenemos nuestra forma de divertirnos.
Decidí ignorar ese comentario.
-Lo que había esa noche en el aparcamiento, ¿era un guardián?
-Así es.
Se produjo un intenso silencio. Decidí retomar el hilo de la conversación.
-Así que todo lo que me has contado te sitúa a ti en…
-Los grandes predadores se encuentran en la cima, sí.
-E imagino que eso es malo.
-Malo para ustedes, por supuesto- sonrió-. Seré sincero, no se les tiene
mucha consideración. Nosotros somos más privilegiados; los guardianes, en
cambio, son los que tienen poder, por así decirlo.
-¿Nosotros qué tenemos entonces?
Su sonrisa se congeló durante una fracción de segundo y luego
desapareció.
-La ventaja de un corazón que no late- sentenció.
Continuara...
Me encanta, me encanta!!! Más!!
ResponderEliminarme encanto mas por favor:)
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