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Parece que las cosas parecen cambiar entre ellos. Peter no sabe que le pasa con Lali, pero esta seguro de que todo es distinto con ella.
En el capitulo anterior...
No tenía ni idea de qué era lo que se suponía que tenía que pasar, pero, desde luego, no estaba ocurriendo nada.
-No me mira- dije entre dientes.
-Sigue intentándolo.
Sin previo aviso, sentí un brazo rodeando mi cintura. Ignoré a la chica y me giré hacia Peter interrogativamente.
-Concéntrate en ella- insistió con una sonrisa divertida.
CAPITULO 40
Era
imposible hacerlo sintiéndolo tan cerca de mi piel, su respiración, el roce de
su cabello…
de pronto olvidé por qué esta allí.
-No te
distraigas, Lali, acuérdate de la chica.- Me susurró esas palabras de forma pausada,
disfrutando de cada una de ellas.
Lo
intenté de nuevo. Fijé mi vista en ella, pero ahora no me costó ningún trabajo encontrarla;
ella ya me miraba a mí, evaluándome con su pequeños ojos entornados. Me limité
a mantenerme ahí, quieta, sin apartar la vista ni un milímetro. Poco después
sentí una extraña conexión y me llegó una mezcla de sentimientos de forma muy
intensa; primero vanidad, esa sensación cargó mi cuerpo; luego dio paso al
egocentrismo, solo existía
yo; pero no tardó en acudir e mí una fuerte inseguridad y una voz comenzó a brotar en
mi cabeza recordándome cada defecto, no sé si los suyos o los míos, o ambos; entonces,
comprendí que no era su voz la única que oía, sino también la mía. Esas inseguridades
dieron lugar a la tristeza, a la soledad y, por último, al dolor.
Me vi
reflejada en su rostro y me sentí fatal; lo que estaba haciendo era horrible,
pero no podía ni parpadear. De pronto, sentí ganas de llorar.
-Ya está
bien, Lali- me murmuró Peter al oído.
Salí de
mi ensimismamiento y volví a la realidad. Sus ojos se dirigían a la chica y yo
le imité. Ella aún tenía la mirada perdida y unas pequeñas lágrimas habían
comenzado a correr por sus mejillas. Parpadeó dos veces, volviendo en sí, se
levantó y desapareció del comedor. En ese momento, me inundó una oleada de increíble
bienestar; era lo mejor que
había sentido en muchísimo tiempo. Mi cabeza se desentumeció y empecé a notar
cierto cosquilleo en las yemas de los dedos. Era el mismo alivio que se siente
al respirar la primera bocanada de aire después de haber estado aguantando la
respiración durante
mucho tiempo. Pero no podía definir con exactitud si estaba complacida, aterrada
o avergonzada por lo que acababa de hacer. Peter lo notó de inmediato.
-Se le
pasará; sus amigas le dirán lo que quiere oír y volverá a ser la misma de
siempre. Asentí levemente. Eso bastó para empezar a disminuir esa extraña
sensación-. De todas formas, Lali, debes tener cuidado de no cruzar la línea.
Si empiezan a llorar debes dejarlo de inmediato si no quieres causar daños. Esa
es una reglar fundamental en tu caso.- Hizo una pequeña pausa y luego añadió
con voz seca-. ¿Cómo te encuentras?
-Mejor-.
Fue lo único que alcancé a decir, y era cierto.
Me
sonrió. El calor que había podido recuperar se concentró en mis mejillas.
-Adorable-
dijo pasando el dorso de su dedo enguantado por mi mejilla-, mi alumna más ventajada.
-Soy la
única que tienes- le recordé sin perder mi atención de su guante.
-Que no
se te suba a la cabeza.
Reí por
lo bajo. Peter esperó a que estuviésemos de nuevo en la calle para retomar la
conversación.
-Dentro
de un tiempo ni siquiera tendrás que hacer esto. Podrás unirte al ambiente, de varias
personas a la vez en lugar de una sola.
-¿Cómo?
Divisé su
choche cerca de donde estábamos. Parecía que había pasado una eternidad desde que
habíamos llegado, aunque, en realidad, no hubiese transcurrido ni media hora.
-¿Crees
que Pablo o Rocio se detienen a mirar fijamente a algún humano? No, ellos son
el centro de atención sin proponérselo, se alimentan de lo que despiertan en la
gente.
-¿Tú
también?- quise saber.
Frunció
la boca en una delgada línea.
-No
exactamente, digamos que en nuestro caso la cercanía es necesaria y el contacto
físico, en ocasiones, imprescindible.
-¿Contacto
físico?- repetí-. ¿Te refieres al mismo que te vi mantener con aquel cazador?
Soltó una
pequeña risotada.
-No, ni
hablar. Nuestra forma de alimentarnos es bastante menos impresionante. Pero, ahora,
debes centrarte solo en ti.
-No creía
que fuera tan fácil.- reconocí.
-Suele
serlo, pero en este caso lo ha sido más de lo normal. La chica ya desarrollaba ciertos
celos hacia ti por estar sentada a mi lado -Sonrió.
-¿Sabes?-
Lo miré con el ceño fruncido-. La humildad es una virtud.
-Algo que
según tú, parece que yo no tengo.
Me abrió
la puerta del copiloto.
-Sube y
no protestes, por favor- añadió al ver mi expresión de descontento.
No
regresamos a casa. Peter me llevó a una zona verde, un gran parque alejado del centro.
Todo era nuevo para mí, igual que si llevara años encerrada sin contacto con el
mundo exterior y, de repente, saliera y sintiera todo por primera vez. Era
maravilloso, aunque un
poco agotador también, sobre todo en medio del campo, rodeada de tantas y tantas
fragancias, colores y texturas.
-¿Qué ha
ocurrido? –le pregunté a Peter.
No
entendía cómo aquellos pequeños detalles podían hacerme sentir tan bien.
-Has vuelto
a nacer.
-Sí…–susurré
para mí misma –, exactamente eso. Ahora sí.
Me sonrió
radiante y, por primera vez, creí ver que la alegría llegaba a sus ojos impenetrables.
No duró mucho, por supuesto, pero bastó para ponerme aún más contenta.
-Peter
–dije caminando a su lado –, gracias, de verdad.
-Me
comprometí a asegurarme de que te convirtieras por completo.
Me separé
un poco de él y adopté una postura un poco seria.
-¿Por
qué? –empecé y él me miró extrañado –. ¿Por qué te has quedado toda la noche junto
a mi ventana?
Guardó
silencio, parecía incómodo y confuso.
-No lo
sé. –Su voz era sincera.
-¿Y a qué
se debe el cambio de humor? Ser de pronto tan amable, ¿es solo una forma de proteger
a tu presa? ¿De hacer de mi muerte algo más divertido para ti?
Esta vez
capté toda su atención. Se detuvo y me miró a los ojos.
-No debes
confiar en mí –me advirtió con total seriedad. Todo rastro de alegría y jovialidad
desapareció de su rostro.
-Respóndeme,
por favor.
-No
quieres que lo haga.
-¿Qué te
hace pensar eso?
-Tienes
miedo de lo que pueda decir, no es difícil verlo en tus ojos.
-Respóndeme
a otra pregunta entonces. ¿Cabe la posibilidad de que lleguemos a ser…amigos?
–le dije apartando la mirada.
Su risa
me tomó por sorpresa.
-No, de
ninguna manera.
Alcé la
vista confundida.
-¿Qué
somos entonces?
-Dos
almas torturadas que se necesitan desesperadamente la una a la otra.
Ladeé la
vista hacia el horizonte para impedir que viera la sonrisa triste que había aparecido
en mi cara.
-Es una
gran definición –reconocí.
-No sería
bueno como amigo; no se me da bien interesarme por los demás –dijo para sí mismo –.
Los grandes predadores somos las criaturas más egoístas de la faz de la tierra.
Me volví
hacia él.
-Tú te
has preocupado por mí. –Mi voz fue apenas un susurro.
-Solo he
protegido mis propios intereses, Lali. No veas en mí un rastro de humanidad, porque
no existe.
Caminamos
en silencio. Registré cada pequeño aroma y cada textura en mi mente; todo era
increíblemente real ahora. Mientras, comencé a darle vueltas en la cabeza a una
idea que me aterraba. Se detuvo junto a un banco y nos sentamos.
-Justo
antes de que Rocio me sacara de la biblioteca leí algo que me preocupó.
-¿De qué
se trata?
-Era un
libro sobre especies mágicas y mitológicas. Estuve ojeando varias definiciones y,
bueno…, había una que se asemejaba a nosotros; no recuerdo ni qué era, pero
decía que se
nutrían de la esencia de la personas y que eran muy peligrosos y monstruosos.
-Y te
sentiste identificada de inmediato, ¿no es así? –Sonrió.
Bajé la
cabeza.
-Era muy
real.
-¿De qué
ejemplar en concreto estamos hablando?
Arrugué
la nariz.
-No te
rías, pero creo que era un libro infantil.
No lo
hizo, aunque esbozó una sonrisa divertida.
-Lali, no
es probable que exista ni un solo humano que tenga conocimiento de la existencia
de este tipo de vida. Pero, si fuese así, dudo mucho que lo incluyera en un libro
y, menos aún, en uno infantil. Ni siquiera somos una leyenda.
-No se
trata de eso…, se trata de lo que sentí al leer esas palabras. –Lo miré –. Me
aterra la idea de hacer daño a la gente.
Él tomó
aire de forma pausada.
-Es
curioso que comentes ese problema precisamente conmigo, teniendo en cuenta lo que
soy y el extraño trato que nos une. –Se dio a sí mismo un segundo antes de continuar–
No obstante, Lali, hay una verdad indiscutible y es que solo tú puedes decidir
qué hacer. No debes torturarte con eso; somos necesarios para que el mundo funcione.
-¿Eso
justifica todo el dañó? ¿Dónde acaba el equilibrio y comienza la diversión para
ustedes?
El tono
de su voz se volvió muy severo.
-Ese
punto nunca nos ha importado.
-¿Tú eres
como todos los grandes predadores?
-¿Te
refieres a si me divierte segar vidas?
No
respondí.
-No hago
de matar un hábito de vida, ya no.
Eso me
tranquilizó un poco.
-Pero es
así, ¿verdad?
Me miró fijamente
a los ojos indagando en sus profundidades.
-No hagas
preguntas que no quieres que sean respondidas.
-¿Acaso
debería querer? –inquirí.
Rió
-Desde
luego.
La verdad
es que estaba segura que la respuesta me dolería a pesar de conocerla. Rocio ya
me lo había confirmado casi desde el primer día en que lo vi, pero oírlo de sus
propios labios sería aún más duro. Prefería darle a Peter durante un poco más
de tiempo el beneficio de la duda.
-Vaya
–dije intentando dejar aun lado el repentino malestar que ahora nos invadía–,
así que nada de superhéroes, ¿no?
-No
precisamente –reconoció él.
-¿Ni de
salvar el mundo?
-Solo a
nosotros mismos.
-¿Y para
qué queremos esas habilidades?
-Para
sobrevivir.
Sonrió.
-Siento
defraudarte, si esperabas una capa y mallas rosas –comentó en tono sarcástico.
-No, odio
el rosa.
-Sí…
supongo que yo también.
Ambos
reímos con una risa tenue.
-Me
alegra que te hayas transformado –me dijo con el tono más sincero que le había oído
nunca.
Continuara...
+7 FIRMAS SUBO OTRO
Me encanta, sigo si entender el pq de tanta interés por parte de peter en ella, y pq se empeña no decirlo! más!
ResponderEliminarMas!@laliterlove
ResponderEliminarXfaaaaa postea mas @cecilove
ResponderEliminarMAAaS
ResponderEliminarPorfaaaaa postea maaaas @cecilanzani
ResponderEliminarMas!
ResponderEliminarOtroo cap
ResponderEliminarPeter le cuida a Lali, los dos se quieren pero todavia no se dan cuenta de eso! jaja Mas novee amigaaaa! me encanta
ResponderEliminarMás!!
ResponderEliminarMe intriga bastante esta historia!
ResponderEliminarmassssss me encanta
ResponderEliminarmass mass porfaaa
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