jueves, 4 de octubre de 2012

Capitulo 28


Buen dia!! Les dejo aca otro capitulo! Espero que les guste. Mas comentarios = mas capitulos. Las quiero ♥ Cualquier cosa a @mimundoeslali En el finde cuento las historias!




En el capitulo anterior...

-He de encontrar algo- fue su respuesta.

-¡Espera!- dije-. Te acompañaré.

Corrí detrás de ella.

-De acuerdo.

CAPITULO 28


Tal y como imaginaba, nos dirigíamos en busca del libro que yo mantenía escondido en el interior de mi mochila. El primer lugar en el que nos detuvimos fue el aparcamiento de la biblioteca, pero, obviamente, no se encontraba allí. 

Después de registrar minuciosamente los alrededores del edificio durante casi una hora, regresamos al coche y continuamos buscando por toda la ciudad hasta que el sol se ocultó. Luego Rocio condujo hasta una zona en la que yo no había estado nunca, ni siquiera en mis pequeñas exploraciones.

Salí del coche mientras miraba a mí alrededor. Era una zona casi desierta, se veían casas un poco a lo lejos, pero el lugar donde estábamos era básicamente un descampado, un terreno irregular de montículos de arena que deformaban el horizonte y sin luz, no había ni una sola farola. El sol ya se había ocultado, pero eso no pareció detener a Rocio.

-¿Por qué hemos venido a este lugar?- le pregunté.

-Cuando pienso, ando mucho. He estado aquí esta mañana, así que puede que se me cayera en algún momento.

-¿Aquí?

Ella asintió, abrió el maletero y me dejó una pequeña linterna; a ella, al parecer, no le hacía falta.

-No te alejes de mí, Lali. Esta zona es territorio de grandes predadores. No nos alejaremos mucho, un rápido vistazo y nos vamos- me miró-, o tal vez sería mejor que me esperases dentro del coche.

-No, ni hablar. Yo te acompaño.

-Si oyes o ves algo raro, corre en direccion contraria, ¿entendido?

-Claro- respondí.

La verdad es que la linterna me servía de muy poco, más allá de su luz no podía ver gran cosa y tampoco es que iluminara mucho. De todas formas, yo sabía que el libro no estaba allí.

Llevábamos cerca de un cuarto de hora allí cuando decidí que había llegado el momento de decirle la verdad, por mucho que Peter me hubiera pedido que no lo hiciera, no podía soportar verla así. Pero unos ruidos no muy lejanos desviaron mi atención.

Rocio se detuvo y miró más allá de lo que yo podía alcanzar a ver.

-¿Qué ocurre?-le pregunté en un susurro.

-Apaga la linterna, Lali- susurró muy lentamente.

Hice lo que me dijo. En cuanto mis ojos se acostumbraron a la ausencia de luz, pude comenzar a apreciar ciertas formas entre los montículos de arena del descampado, no muy lejos de donde estábamos nosotras.

-Lali- volvió a susurrarme- dirígete muy despacio hacia el coche y no hagas ningún ruido.

Agudicé el oído y fijé la vista intentando apreciar qué era lo que tanto le preocupaba a Rocio. Los ruidos que había escuchado antes llegaron ahora mucho más nítidos a mí; eran gritos, gritos de dolor acompañados de risas y algo parecido a gruñidos.

Rocio me cogió del brazo para empujarme hacia el coche, pero en ese momento mi visión también se aclaró y vi unas figuras, no sabría decir con exactitud cuántas, pero no muchas, centradas sobre algo que había en el suelo. Ya estábamos solo a un par de metros, pero no podía apartar la mirada de allí.

-Ro -dije-, tenemos que hacer algo.

-Ya es demasiado tarde- susurró entre dientes para no elevar el tono de voz-. ¡Vamos!

Continuara....

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